sexta-feira, 8 de julho de 2016


TU recuerdo,
empecinado pájaro que me despierta en la noche.
Culebra que desova sobre el azúcar y el llanto.

No hay manzanas en el sacrificio
Ni joyeros de nácar girando en la ignorancia.

Solo el regurgitar de la memoria,
el acopio de años,
tu madeja infinita,
itinerante,
alrededor del corazón.

Qué se esconde al otro lado
de esa mujer que era mi madre
y enloquecia más con cada internamiento.

Tu ojo se entreabre con la insolencia de lo insomne,
de la vigilia ciega y la esperanza.

Tu ojo, madre,
eternamente abierto
como una gran pregunta.

Tu ojo centinela iluminándome,
tus palabras formando un avispero
en mitad de la infancia.


  Acquaroni, Rosana. (Tras)lúcidas, Poesía escrita por mujeres (1980-2016). Madrid: Bartleby Editores, 2016, p. 103 (Edición de Marta López Vilar).
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